Yoga es la Unión con uno mismo y la Unión del alma individual con alma universal. Una unión que desvanece el dualismo de esta existencia y por lo tanto el sufrimiento de la misma.
Patanjali define perfectamente Yoga en su segundo Sutra: «Yogash citta vritti nirodhah» Yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente.
Yoga es por lo tanto serenidad, armonía y bienaventuranza. Yoga es un sistema físico, energético, mental y espiritual, que abarca todas las necesidades del Ser Humano. Por eso una máxima del Yoga dice que «algo que siendo bueno para el cuerpo, debe serlo también para la mente y para el espíritu». Yoga es una concepción integral de la vida, del mundo interno y del mundo externo.
Pero también Yoga es salud, relajación, acondicionamiento físico, alivio del estrés, concentración, serenidad y un largo sinfín de términos. Yoga es inmenso, acoge todos los planos y necesidades de una persona. En muchas ocasiones se le compara como un robusto árbol, con muchas ramas y muchos frutos. Puedes acercarte a él para coger el fruto de la rama que necesites en este momento, quizá en otro momento necesites otro, pero Yoga es generosidad. Acércate a ese árbol, no importa cual sea tu necesidad, pero acércate. Experimenta, porque un gramo de práctica supera a una tonelada de teoría.
La fuerza intrínseca del Yoga es inmensa, por eso independientemente de su origen y los datos históricos, Yoga es una realidad en nuestro tiempo. Gratitud a todos los linajes de Maestros, Profesores y Alumnos que han traído esta profunda ciencia sagrada hasta estos días. Por eso consideramos que Yoga es algo vivo, profundamente vivo, por eso compartir y difundir Yoga es una gran acción. Es bueno para nosotros, para los demás y para mantener vivo este arte de vida.
El interés del mundo occidental por el Yoga ha crecido en gran medida. Vivimos en una sociedad de consumo, de gran desgaste, los iconos han cambiado y se han tornado mucho más materiales. Pero por el propio equilibrio de la vida, el ser humano no puede luchar en contra de su naturaleza. El hombre moderno necesita protegerse a sí mismo del tremendo desgaste y frustración al que le lleva la sociedad de consumo. Vivimos proyectando nuestra mente hacia lo externo, proyectamos nuestra felicidad en objetos externos, sin darnos cuenta que la verdadera felicidad está en nuestro interior. Entre las más valiosas herramientas para iniciar ese viaje hacia nuestro mundo interno, nuestra felicidad y nuestro bienestar, se encuentra el Yoga.